Las relaciones tóxicas son aquellas en las que existe un patrón destructivo y dañino de comportamiento entre dos o más personas. Estas relaciones pueden ser perjudiciales para la salud emocional, mental y física de quienes están involucrados.
Aquí te comparto algunas características y señales comunes de relaciones tóxicas:
Falta de apoyo emocional: En una relación tóxica, una o ambas partes pueden carecer de apoyo emocional. Pueden minimizar o ignorar los sentimientos y las necesidades del otro, lo que lleva a una sensación de soledad y desapego emocional.
Manipulación: La manipulación es una característica común en relaciones tóxicas. Una persona puede intentar controlar o influenciar a la otra de manera sutil o abierta, usando tácticas como el chantaje emocional, la culpa o la intimidación.
Comunicación destructiva: En lugar de resolver conflictos de manera saludable, las parejas en relaciones tóxicas a menudo se involucran en discusiones destructivas. Pueden gritar, insultarse, descalificarse o usar un lenguaje abusivo.
Falta de límites: Las personas en relaciones tóxicas pueden tener dificultades para establecer y mantener límites saludables. Pueden permitir que el comportamiento inapropiado o abusivo continúe sin consecuencias.
Desigualdad de poder: En algunas relaciones tóxicas, una persona puede ejercer un poder excesivo sobre la otra. Esto puede manifestarse en decisiones unilaterales, control financiero, aislamiento social o cualquier otra forma de dominación.
Ciclo de abuso y reconciliación: Algunas relaciones tóxicas siguen un patrón de abuso seguido de un período de reconciliación. Durante la reconciliación, la pareja puede prometer cambiar, pero luego el ciclo de abuso puede repetirse.
Baja autoestima: Las relaciones tóxicas pueden socavar la autoestima y la confianza en uno mismo de las personas involucradas. El constante menosprecio y la crítica pueden hacer que alguien se sienta inadecuado o sin valor.
Aislamiento social: En muchas relaciones tóxicas, una persona puede ser aislada de amigos y familiares, lo que dificulta la obtención de apoyo externo o una perspectiva objetiva.
Dependencia emocional: Algunas personas en relaciones tóxicas pueden volverse emocionalmente dependientes de su pareja, lo que las hace más propensas a permanecer en la relación a pesar del daño.
Deterioro de la salud mental y emocional: Las relaciones tóxicas pueden tener un impacto grave en la salud mental y emocional, dando lugar a la depresión, la ansiedad, el estrés crónico y otros problemas de salud mental.
Es importante reconocer las señales de una relación tóxica y buscar ayuda si estás atrapado en una. La terapia individual o de pareja, el apoyo de amigos y familiares, y la educación sobre relaciones saludables son recursos útiles para salir de una relación tóxica y recuperarse emocionalmente.
La toma de decisiones que prioricen tu bienestar y seguridad es fundamental en estos casos.
Para identificar si tenemos una relación así, cinco características que las distinguen:
Te cuestionas
Dudas a menudo si estás en la relación correcta, si en verdad es la persona que quieres y, mejor aún, mereces. Piensas que tal vez estarías mejor con otra persona.
No te sientes amada
Hay momentos en los que ocurren cosas (tratos, situaciones, reacciones…) que hacen que no te sientas querida por tu pareja, momentos en los que sientes que no te quiere, aunque sean momentos puntuales.
No encajan
Tienen valores diferentes en temas importantes. Piensan diferente en aspectos que son básicos para ambos y en los que son incapaces de ponerse de acuerdo. Y hablo de temas importantes de verdad, como los hijos o la compra de una casa. Esa persona no es para ti.
No lo ves como antes
Has dejado de admirar a tu pareja. Ya no brilla y sólo ves lo negativo.
Te maltratan
Ya sea física o psicológicamente. Eso no debería ocurrir jamás. Recuerda que una relación no es una cárcel, es un espacio donde debemos sentirnos plenas.
¿POR QUÉ CAEMOS EN ESTAS SITUACIONES?
En la entrevista, Silvia Congost autora del libro Autoestima Automática, nos explica que la primera vez que aparecen las señales que nos indican que algo no está bien, no les hacemos caso, las normalizamos, les quitamos peso y nos decimos que eso le pasa a todo el mundo; cuando en realidad no debería ser así. Hay que aprender dónde poner los límites para ponerlos en el primer momento que ocurren esas situaciones.
6 PASOS PARA LIBRARTE DE ELLA
1. Tomar conciencia de que estoy en una relación tóxica, aceptarlo y reconocerlo.
2. Hacer un proceso para comprender por qué soy cómo soy y qué es lo que me ha llevado a quedarme con una persona o una relación de ese tipo ¿cuáles han sido mis referentes o mis necesidades no cubiertas?
3. Fortalecer mi autoestima para recuperar mi dignidad, entrar en contacto con lo que de verdad merezco, descubrir cómo soy y hacia dónde quiero dirigirme.
4. Dejar espacio para lo nuevo al soltar todas las relaciones que ya no me aportan ni enriquecen en la medida de lo que necesito o deseo.
5. Descubrir cuáles son los valores que busco en la otra persona para que pueda identificar con claridad quién encaja y quién no. De esta forma lograré descartar a quien no me guste, sin perder más tiempo del necesario.
6. Aprender a amarme, cuidando mi diálogo interno y sin permitir que nadie lo dañe; cuidando mi cuerpo (con actividad física y buena alimentación) y las personas con las que me relaciono.
¿Y SI YO SOY LA TÓXICA?
Antes de asegurar esto, debes consultarlo con una persona neutra y objetiva ya que por el simple hecho de que lo diga tu pareja, no puedes saberlo porque puede estar manipulándote. Si tienes dudas, acude a un psicólogo.
Las personas tóxicas tienen una serie de características y comportamientos que pueden ser perjudiciales para las relaciones y el bienestar emocional de quienes las rodean. Algunas de las características comunes de las personas tóxicas incluyen:
Negatividad constante: Las personas tóxicas suelen tener una actitud negativa hacia la vida en general y tienden a enfocarse en lo malo o lo negativo de las situaciones.
Crítica excesiva: Critican constantemente a los demás, incluso por cosas pequeñas, y a menudo son hirientes en sus comentarios.
Manipulación emocional: Utilizan tácticas manipuladoras para conseguir lo que quieren, como la culpa, el chantaje emocional o la victimización.
Egocentrismo: Suelen poner sus propias necesidades y deseos por encima de los de los demás y carecen de empatía.
Falta de responsabilidad: Rara vez asumen la responsabilidad por sus acciones y suelen culpar a otros o a las circunstancias por sus problemas.
Competencia tóxica: Siempre intentan destacar y superar a los demás, incluso si eso significa sabotear a otros.
Inestabilidad emocional: Pueden experimentar cambios de humor extremos y volátiles, lo que dificulta predecir cómo reaccionarán en una situación dada.
Chismes y rumores: Propagan chismes y rumores sobre los demás, lo que puede causar conflicto y división en los grupos sociales.
Falta de límites personales: Pueden invadir el espacio personal de los demás, no respetar los límites y ser invasivos.
Falta de apoyo: A menudo son incapaces o no están dispuestos a proporcionar apoyo emocional o ayudar a los demás en momentos de necesidad.
Es importante reconocer las características de las personas tóxicas y establecer límites saludables para proteger tu bienestar emocional. En algunos casos, puede ser necesario distanciarse de estas personas para mantener relaciones saludables y constructivas con otros.
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